Por Juan Diego Monje Hernández
Para la época de guerras del siglo XIX, se pasaba por total malestar económico. La inflación asediaba al país entero con un 20%. Las múltiples guerras civiles hicieron que hubiera necesidad de emitir moneda para poder adquirir equipamiento para la guerra. Pero, cómo se pudo acuñar tanta moneda? A finales del siglo XVIII, el auge por el cual pasaba el país era exhorbitante. La alta producción en oro, plata, banano, quina, añil, y demás productos, hizo posible la acumulación para su posterior uso en épocas de guerra. Aunque no lo sabían, la regla fiscal estaba en práctica, la visión Keynesiana estaba viva y la prevención para épocas de fuerte gasto, se implementaba con excelencia. "El amor que tengo al país por haber nacido en él, el cual manejo de los asuntos mas sustanciales que he adquirido en la primera oficina del Reino, los viajes que he hecho atravesándolo casi de parte a parte, y las observaciones que estos me han sugerido, me ponen en estado de hablar con mayor conocimiento, de los inconvenientes que hay que vencer, los ramos que cultivar, y las providencias que se deben dar para conseguirla prosperidad de ésta colonia." Vargas (1805)
La fortaleza económica para la colonia, para ese entonces, cuando se pasaba por el auge era la explotación de materias primas y el buen uso de la agricultura. Pedro Fermín de Vargas, naturalista y economista, nace en 1762 como principal responsable del mayor auge económico no antes visto. Vargas (1805) afirmaba: "La situación de todo el reino le hace sumamente a propósito para el comercio; sus cosas con el mar Atlántico ofrecen un pronto y fácil acceso a las 2 embarcaciones expedidas de la Metrópoli. Tenemos pues que Cartagena, que es el puerto principal del Reino, se halla situada casi en la misma posición respecto de España que las islas de Santo Domingo y Cuba, las más inmediatas en el Océano Atlántico."
Lana, algodón, lino, cáñamo, añil, té, canela, cacao, cochinilla, tabaco, cobre, petróleo, plata, cobre, oro, hierro, eran algunos de sus principales objetivos de enseñanza para el campesinado. Ensañarlos a sembrar y cosechar, gracias a su virtud como observador, aprendida por su amigo Mutis, logró un cambio drástico para la colonia. Ahora el problema, un poco paradójico a decir verdad, no era la escasez de alimento y recursos para subsistir, sino la escasez de mano de obra, sí, la escasez era de hombres trabajadores. Bien afirmaba Vargas (1805): "La desgracia es que hasta ahora casi generalmente se hallan abandonados estos tres ramos de riqueza nacional (Agricultura, comercio y minas). No quiero averiguar si la falta de la población o la falta de energía en el gobierno, o más bien las trabas generales de las nación en punto de comercio y industria, sean la causa de un letargo como el que se ha experimentado en esta preciosa proporción de la Monarquía." Las grandes oportunidades de crecer se estaban desaprovechando.
Además de ello, Vargas (1805) también decía: "Las producciones que se extraerían para Europa serían desde luego aquellas que se cultivan en las demás colonias españolas; pues las diversas alturas de este Reino sobre la superficie del mar, y sus diversas distancias a la línea, hacen que en su distrito se hallen casi todos los temperamentos del globo, y en algunas partes tan inmediatos unos a otros que un día se puede experimentar frío por la mañana, temperamento medio y otoño al medio día y excesivo calor por la noche, según que se baja de las cordilleras." 3 El crecimiento desde adentro, del cual habla Prebish, brotaba del pensamiento de éste precursor neogranadino. Todas aquellas fortalezas que se tenían en el sector primario se iban a exportar a Europa, parte de ello de manera arbitraria e intolerable. El modelo ISI, implementado desde 1930 hasta 1970 es un claro ejemplo de la misma concepción que se tenia hacia fines del siglo XIX.
La enfermedad holandesa nos ataca y es hora de acabarla. Se trata de diversificar la producción. Ya no se prospera, ni por agricultura o por industria. Es el petróleo lo que ha llevado a Colombia a la recesión. Ya es tiempo que toda América Latina se quite esa imagen de única exportación en materias primas, para que Europeos la transformen y no la importen a un precio, evidentemente más caro. Es así como concluía Fermín de Vargas (1805) muchos de sus escritos y discursos: "Por una desgracia inconcebible vemos en todo el reino abandonados los caminos, los ríos sin puente, aunque aquello que más los necesitan, y subsistir los malos pasos en todas las estaciones del año, sin que se exceptúen las entradas y salidas de la misma capital. El camino que la necesidad abrió antiguamente subsiste y subsistirá por muchos siglos, sin que se haya pensado en corregir sus defectos enderezándole, o mudándole a otra parte más cómoda. Lo mismo que se advierte en los caminos de tierra, se observa también en los cortos Ríos navegables que tenemos. Todo se halla descuidado lastimosamente, y este asunto pide la más seria atención del Gobierno."
Referencias
Vargas. P. F. (1805) Pensamientos políticos y memoria sobre la población del nuevo Reino de Granada. Bogotá: Biblioteca nacional de Colombia.
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